sábado, 4 de julio de 2009

Reflejos cruzados, interferencias y reflejos enmascarados


Reflejos cruzados

Como podemos ver en el dibujo, las bandas longitudinales cruzan al lado contracentral al llegar a la zona de la cabeza, teniendo por tanto una representación cruzada. Sirve para establecer que el hemicráneo derecho, está reflejado en la zona de los dedos del pie izquierdo, así como en los dedos del derecho tenemos la visión refleja del hemicráneo izquierdo. Anatómicamente, las áreas corticales controlan la actividad musculoesquelética del lado contralateral.
El hemisferio cerebral derecho rige las funciones del lado izquierdo del cuerpo, mientras que la parte derecha corren a cargo del hemisferio izquierdo.

Interferencias

Llamamos interferencia al hecho de que algún factor impida que en nuestro cuerpo se produzca una libre circulación energética, sanguínea o nerviosa, dando lugar a un campo perturbador que actúa bloqueando la intercomunicación. Con ello, la respuesta refleja se va a ver afectada en gran parte quedando zonas fuera de control. Tales interferencias pueden ser producidas por tejido cicatrizal, traumatismos, fracturas, intervenciones quirúrgicas, prótesis metálicas, placas o fijaciones vertebrales implantadas en el organismo, problemas dentales, empastes de amalgama, puentes, implantes, enfermedades crónicas, shocks emocionales, etc.

Reflejos enmascarados

Hablamos de ellos cuando una persona con alteraciones importantes, enfermos graves o con problemas crónicos, no muestra sensibilidad al tacto en las zonas reflejas relacionadas con su dolencia. Generalmente este se presenta en zonas aisladas de los pies, no en todo su conjunto, por ello la denominación de reflejos enmascarados, que son puntos o zonas engañosas que no corresponden a la realidad.
Este hecho puede ser la consecuencia de un proceso largo de enfermedad, deterioro o intoxicación profunda del organismo por sustancias nocivas. El cuerpo es incapaz de liberarse de residuos y materiales de deshecho, los cuales van depositándose en el tejido subcutáneo de los pies, impidiendo que se produzca una normal respiración y nutrición celular, comprometiendo la circulación sanguínea, linfática, nerviosa y energética, insensibilizando con ello la zona.
Este proceso tiene una especial identidad con lo que sucede a nivel óseo en nuestro organismo en procesos degenerativos. Cuando nuestros huesos se solidifican o calcifican, por ejemplo en artrosis, no se manifiesta el dolor, como en el proceso evolutivo de la enfermedad.
Las zonas reflejas saturadas pueden volverse insensibles, quedándose las terminaciones nerviosas adormecidas ( enfermos con daños en las terminaciones nerviosas, parapléjicos, espina bífida, polio etc.)
La respuesta al masaje será más lenta y el trabajo del reflexoterapeuta podal deberá ser más exhaustivo e intenso, necesitando más sesiones en menos tiempo para eliminar esta insensibilización. Por supuesto no estoy hablando de que una persona parapléjica pueda recuperar con los masajes la sensibilidad, aunque podría ocurrir en algunos casos, de hecho notan sensaciones agradables. Estoy hablando de tratar de recuperar un mayor grado de percepción, al eliminar los deshechos acumulados en los pies, estimulando la circulación periférica, ayudando con ello a una mayor oxigenación y nutrición de los tejidos.

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