lunes, 14 de septiembre de 2009

Verano tardío: bazo-estómago, páncreas


El conocido "veranillo del membrillo" en Medicina Tradicional China se llama "verano tardío".
Se va dejando atrás la sequedad y calor del verano, refresca el día y el calor y la sequedad vuelven con intensidad. Pero también se nota la humedad. Estamos en una estación de transición, que para la Medicina Tradicional China es muy importante. Por lo tanto, debemos prepararnos pues no es ni verano ni otoño. Estamos ante "la quinta estación".
La alimentación debería basarse en los frutos que han madurado en verano: uvas, cereales (mijo, maíz...), higos, legumbres, verduras, frutos secos (dátiles sobre todo), tahini.
Infusiones de melisa, olivo, verbena, canela o salvia. Mejor comer más pescado que carnes rojas. También podemos aprovechar esta transición para desintoxicarnos de toxinas sudando en saunas, por ejemplo.
Es un buen momento para centrarnos en nosotros mismos, de ir tomando contacto con nuestro interior. Aconsejables los masajes, practicar Chi Kung para enraizarnos en la tierra, tiempo de pasear por el campo para retomar el contacto con la Madre Naturaleza que nos aporta equilibrio, estabilidad y reflexión.

Elemento: Tierra

Estación: Final de verano

Condición climática: Humedad

Color: Amarillo

Emoción: Reflexión

Sabor: Dulce

Olor: Fragante

Apertura: Boca

Controla: Tejidos y labios

Esta transición está gobernada por bazo-estómago y páncreas, un claro ejemplo de relación Yin Yang entre órganos.
El estómago mueve las cosas hacia abajo, el bazo las mueve hacia arriba. El estómago gusta de humedad y el bazo gusta de sequedad.
Cuando el bazo está débil el cuerpo tiene problemas para utilizar los nutrientes de las comidas, lo que lleva a una laxitud general y a la fatiga. EL abdomen superior depende del bazo y las deficiencias que pueden producir son: plenitud, saciedad, indisposición e incluso episodios de diarrea.
La energía Ki del bazo es la encargada de mantener las vísceras en su sitio. Las deficiencias pueden ocasionar prolapsos (caídas de órganos).
El frío y la humedad pueden dañar el bazo, produciendo sensación de hinchazón en el abdomen y opresión en el pecho, laxitud, falta de apetito y sabor, miembros fríos, color oscuro amarillento en la piel, edemas, diarreas o evacuación acuosa. El frío y la humedad impiden al bazo ejecutar su función transformadora y transportadora, lo cual conduce a un desorden metabólico siendo uno de los orígenes de mucosidad y flemas. Para apaciguar estos síntomas es aconsejable tomar bebidas calientes o aplicar calor local.

Referente al estómago diré que las alteraciones por exceso de energía más características con hambre canina, sangrado de encías, estreñimiento y halitosis.

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